La armonía enseña a
constituir los acordes y sugiere la manera de combinarlos de la forma más equilibrada, consiguiendo así sensaciones de relajación, sosiego
(armonía consonante), o de tensión y
vibraciones hirientes (armonía disonante o dispuesta)».
Se suele entender que la armonía hace referencia al aspecto
«vertical» (notas simultáneas, que en la partitura se escriben una sobre
otra) de la música, que se distingue del aspecto
«horizontal» (la melodía,
formada por la sucesión de notas, que se escriben una detrás de otra).
El estudio de la armonía sólo se justifica en relación con la música occidental, ya que la
Occidental es la única cultura que posee una música «polifónica», es decir, una música en la que se suele ejecutar
distintas notas musicales en forma simultánea y coordinada.
Tradicionalmente, la
armonía funciona como acompañamiento, armazón y base de una o más melodías. La melodía
(dimensión horizontal de la música) es una sucesión (en el tiempo) de sonidos.
Para acompañarla, se
hace que las notas sean pertenecientes a acordes, que enriquecen la melodía
con otros sonidos que adornan y
suavizan, o bien generan tensión y liberación, alejándose de la tónica de la canción y luego volviendo a ella otra vez,
es decir, que producen efectos expresivos, complementando la melodía gracias a
las relaciones que entablan entre sí, integrándose
perfectamente la melodía con los acordes, es decir, con la armonía.
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EVOLUCIÓN DE LA ARMONÍA TONAL O FUNCIONAL
Desde hace varios siglos se descubrió que algunas
combinaciones de acordes producen una sensación de tensión mientras que otras
producen reposo. Algunos acordes, en un determinado contexto, tienen un sentido
conclusivo y otros un sentido transitorio (aunque en realidad esto es relativo
y depende de su relación con el conjunto de la composición). En la música
académica europea (desde el final del siglo XVII hasta comienzos del siglo XX),
hasta el oído menos cultivado puede distinguir cuándo está próximo o distante
el final de una frase musical.
La armonía tradicional de los estilos renacentista, barroco, clásico y romántico se conoce como armonía tonal, ya que está basada en el
sistema tonal, teniendo una fuerte función estructural, siendo determinante en
la forma musical de una determinada composición. Ver el apartado de Tonalidad
A partir del período
romántico (siglo XIX), empieza a utilizarse con más fuerza el valor colorista de la armonía,
debilitando paulatinamente la función estructural de la armonía tonal, e
introduciendo cada vez más modalismos,
proceso que culmina con la aparición de compositores
impresionistas, nacionalistas y experimentalistas (atonalidad, dodecafonismo,
etc.) que utilizarán una armonía más libre y modal.
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LÍNEAS DE BAJO
Las líneas de bajo son patrones de notas graves. A menudo
sirven para reforzar los acordes de la canción, y al mismo tiempo también usan
interesantes patrones rítmicos que se relacionan o contrastan con la batería.
Una progresión de acordes en particular (1-3-5-4) puede
sonar familiar tanto para bajo como de acordes.
A pesar de la importancia que tiene la línea de bajo, la
mayor parte del patrón es espacio vacío, y cuando hay notas, estas están sobre
todo en espacios rítmicos poco comunes "entre" los tiempos.
Un patrón rítmico de notas individuales que describe un
acorde se llama arpegio y se usa comúnmente para la creación de líneas de bajo.
Muchos sintetizadores disponen de arpegiadores, que crean de forma automática
patrones arpegiados cuando se mantienen pulsadas las notas de un acorde.
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CADENCIA
Sed denominan cadencias
a los descansos (signos de puntuación) de las frases musicales. Éstas marcan
los puntos de respiración de la música, establecen o confirman la tonalidad y
dan coherencia a la estructura formal.
Es una serie de
acordes o fórmula de melodía que suele coincidir con el fin de una sección
en una obra. Una cadencia es una función armónica y formal caracterizada por
una progresión (o encadenamiento) de acordes que suele desembocar en el acorde
de tónica o acorde base.
El orden que se usa
con mayor frecuencia es Subdominante-Dominante-Tónica, representada por los
grados IV-V-I.
En el apartado se Tonalidad se desarrolla más este punto.
En el apartado se Tonalidad se desarrolla más este punto.
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CONTRAPUNTO
El contrapunto es una disciplina complementaria a la armonía
(y que se confunde con ella), pero que se
centra más en la elaboración de melodías que sean combinables simultáneamente
que en los acordes resultantes de tal combinación. Es decir, se centra más en
la percepción de las partes que en la del todo. Como disciplina creativa (y no
como disciplina académica), el contrapunto tuvo su auge durante el Barroco, particularmente
con la figura de Johann Sebastian Bach.